Slow fashion
febrero 22, 2017Estaba leyendo artículos relacionados con el Slow Fashion cuando me he dado cuenta de un detalle…en todos acuñaban a la CONCIENCIA, y es que al final es la esencia de todo, por eso en mis talleres apelo a ella constantemente, y en mis artículos en el blog hablo sobre ella y como trabajarla porque cuando asoma la cabeza todo cambia.
Fue con la tragedia ocurrida en la fábrica de Bangladesh en 2013, donde 1100 personas murieron al derrumbarse el edificio donde estaban produciendo prendas de manera industrial cuando tanto empresas como consumidores comenzaron a tomar CONCIENCIA de lo que estaba ocurriendo y términos como “sostenible”, “comercio justo”, “hecho a mano”…..empezaron a cobrar más importancia. Y con la tendencia Slow que tenemos ante esa necesidad de parar, de liberarnos de ansiedad y estrés, es normal que haya llegado a la moda, al igual que a la comida, con el slowfood o Mind-eating y a tantas otras cosas en las que la conciencia plena ante lo que hacemos empieza a cobrar sentido por una necesidad bárbara de parar, de equilibrar y decir quiero ser más consciente de todo para darme cuenta de las cosas y vivir de un modo más activo sensorialmente y no tan pasivo como cuando estamos estresados que pasamos por la vida de puntillas sin ser conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor.
La mente es la ausencia de conciencia.
Cuando comienzas a ocuparte de ti mismo, te ocupas de los demás y del planeta.
La moda tiene una gran influencia en el mundo y por el ello es importante que desde esta esfera se empiece a cambiar el mundo y a concienciar con tejidos orgánicos, sin explotación infantil y reeducar hacia un modo sostenible.
El proceso es importante. Cuando dejas de dar un valor a lo material exacerbado, y comienzas a fundirte con el mundo, con lo que te rodea empiezas a dar importancia a cosas tan pequeñas y sutiles que de un modo natural todo comienza a tener sentido. La empatía aflora y el amor hacía la naturaleza, animales, y obviamente personas se empieza a entender de un modo más puro, más de verdad.
Es un sentimiento muy bonito el de sentirse parte de un todo, porque en ese momento te das cuenta de que nada está al azar y que cada cosa tiene su función en esta vida y comienzas a sentirte más vivo, más completo y más conectado con el mundo.
En mi caso el Yoga, la meditación y una alimentación sana me hacen estar conectada conmigo misma y con lo que me rodea. Cuando paras 5 minutos al día para respirar, con inhalación y cada exhalación conectas de un modo especial contigo mismo, con tu lado más humano y con ello con la humanidad en general. Es como pasa con el Mindful-eating, en el momento en que comprendes que somos lo que comemos es inevitable que tus hábitos cambien, pero de una forma natural, sin esfuerzo, es la progresión natural de comprender tu cuerpo y su funcionamiento, si sabes que el azúcar blanco refinado es muy malo para tu organismo y conoces los efectos que tiene en él, vas de manera natural sustituyéndolo por otros edulcorantes naturales; pues lo mismo pasa con la moda, si fueramos conscientes del daño al medio ambiente, a la naturaleza y a la humanidad que ha hecho la industria de la moda en todos estos años comenzaríamos a tener un consumo responsable porque cuando adquieres un producto, acabas de llevar contigo y sumar a tu vida algo que va a formar parte de ella, por lo que es importante no solo el producto adquirido sino toda la trazabilidad que ha llevado.
Claro está que vivimos en una sociedad en la que poco a poco las cosas están cambiando porque las estamos cambiando, con poquito de cada uno, se cambia el mundo, pero está claro que formamos parte de una sociedad y tampoco hay que fustigarse por comprar determinadas cosas, o por un día tomar un donut o un gin tonic, quiero decir que en el equilibrio está la esencia, actuar de la mejor manera posible en cada momento, pero viviendo en este mundo y formando parte de él. No castigarse, y hacer las cosas con conciencia nos permite ser libres de elegir que queremos y cuando actuamos con coherencia y en consecuencia está bien, es correcto, nos sentimos bien.
Sonreir, que un día sin sonreir es un día perdido, siempre hay algo por lo que hacerlo.