La belleza, esa aceptación
octubre 19, 2016Hoy me apetecía hablar de BELLEZA. De esa belleza que se irradia desde lo más puro de tu alma y de esa belleza que va en aumento de la mano de la aceptación.
Vivir en base a cómo te ven los demás, a largo plazo puede crearte un conflicto interno que desequilibre tu estado emocional y con ello tu percepción de ti mismo. Vivimos en la era de las redes sociales y la preocupación máxima por el aspecto físico, y por la sobre exposición a los demás y a sus juicios y valoraciones en forma de likes y comentarios, lo que no ayuda, al contrario empeora el nivel de autoestima, ya que es tú ego el que entra en escena y se nutre de esa obsesión por gustar, pero en tu interior tu percepción real sigue siendo la misma, aunque el ego que es muy inteligente nos logre engañar en determinados momentos.
Vivir en los ojos de los que te miran te desconecta de tu esencia, de tu persona, de quien eres y como eres. En la ACEPTACIÓN está la clave, si te aprendes a aceptar y a querer, tu vida, tu día a día se hará más bonito, menos pesado, más ligero, más fluido. Empeñarse en ir cambiando nuestro cuerpo, nuestro rostro…a ojos del ajeno estarás más bell@ pero la belleza no se compra ni se paga; cuando hay un determinado complejo físico que nos hace demasiado daño, cámbialo y mejóralo; cuando son demasiados los complejos que te hacen daño……cuidado….entramos en terreno peligroso…el bienestar no te espera en ese camino. Prueba otro camino, el de la aceptación y la gratitud.
No te pasa que el día que te sientes bien contigo mism@ irradias una luz especial? Es que el brillo de una persona que se acepta es único, esa luz da paz.
Y que debemos hacer para sentirnos bien y querernos? Lo primero Respetarnos. Y a partir de ahí crear unos hábitos que nos hagan sentir bien: Yoga, running, senderismo, bici, fitness, el que sea, lo importante es el gesto de hacer algo por ti. Superarte, mimarte y cuidarte.
Porque al final no se trata de luchar contra quien eres, de estar más delgada, menos arrugada o más joven, se trata de aceptarnos como somos, con nuestras pequeñas o grandes maravillosas imperfecciones que nos hacen únicos y llenos de encanto, por ello donde te lleva estar en una lucha constante contra ti mismo? Sinceramente me bajo de ese barco, en esa guerra pierdes si o si.
Ahora a aceptarse también se aprende, como a todo en la vida, y debemos ir poco a poco. Básicamente yo creo que la mejor manera de hacerlo es recuperar un gesto gentil contigo mismo. Por ejemplo, poner unas velas de esas que huelen genial al llegar a casa; masajearte con amor y con mimo esa crema al salir de la ducha o al desmaquillarte, sintiéndote y reconociéndote; hacerte una cena especial, esa que te encanta; leer ese libro que siempre pospones para después, acariciarte con mimo el brazo, por ejemplo, mientras no haces nada y no piensas en nada….en fín, hacerte regalos a ti mismo, con pequeños gestos hacía ti, no una lucha del no me quiero y por lo tanto me voy a cambiar, con cariño llegar a la aceptación.
Para ello es bueno ser consciente de ese regalo que nos estamos haciendo, dar ese masaje al extendernos la crema poniendo conciencia en lo que haces, estar presente en el momento en que estás es importante porque nos ayuda a conectar con nosotros mismos y para a ello la respiración es fundamental ya que actúa de hilo conductor para hacer las cosas con más paciencia, de forma consciente con el momento presente y conectando con la belleza que nace de la aceptación. La aceptación es tuya, trata de ser para ti, de gustarte a ti y agradecer como estás en cada momento, todo es mejorable, pero porque no aceptamos las cosas como son, nosotros como somos, es igual que tengas: un pecho más grande que otro, las caderas más anchas que los hombros, poco pelo, demasiado pecho o poco, celulitis…lo que hay es lo que eres a día de hoy y es bonito, que tu pensamiento no sea directamente cambiarlo, que sea aceptarlo. Se puede mejorar, es parte del proceso del bienestar pero de un modo natural y desde el amor a uno mismo. Conecta con tu belleza, desde la honestidad de tu persona, dedícate tiempo a ti mismo, respira fuerte y profundo, abre tu pecho a la vida y las cosas buenas, abre un paréntesis en tu día a día (aunque sean 2 minutos para respirar , para meditar, eso ya es un regalo). Cultiva tus hábitos que te hacen sentir bien, en mi caso por ejemplo: llegar a casa, darme una ducha calentita, poner una vela, tomar un té, encender mi lámpara de sal y coger una revista o un libro es un momento de bienestar, intenta reservarte alguno de esos momentos aunque cueste sacar tiempo, sin duda la belleza saldrá para fuera.
Cuando uno se cuida a sí mismo, la relación con el resto del mundo se hace mucho más fácil.
En resumen, que la mirada que aprueba no venga de fuera, sea interna. La belleza de verdad empieza en uno mismo.