Hambre emocional?
mayo 9, 2018Identificar el hambre emocional y el hambre fisiológica es más sencillo de lo que parece.
Cuando tengas antojos prueba escucharte, conocerse es nuestra mejor medicina y la
herramienta más fuerte que tenemos, por ello, cuando llegue bebe un vaso de agua. Si
no se va come fruta y si no se va pregúntate:
Tengo hambre?¿ O estoy angustiado, triste, aburrido o ansioso?¿
Hazte consciente de tus emociones para diferenciar entre el hambre real ( fisiológica) o
emocional. Como identificarlas? Muy fácil:
HAMBRE EMOCIONAL
- Nos sentimos tristes, aburridos….es un estimulo emocional…
- Surge de pronto
- Necesita se satisfaga inmediatamente
- Genera sentimientos de culpa
- Es posible la ingesta se prolongue más allá de la sociedad moderada
HAMBRE FISIOLÓGICA
- Resulta de una necesidad fisiológica
- Se presenta gradualmente
- Puede soportarse
- No genera sentimientos de culpa, es impulso natural
- Habitualmente se genera la ingesta cuando se está satisfecho
El objetivo será la “Alimentación consciente” y para ello una vez reconozcamos se trata
de hambre emocional, debemos ver que hay detrás: estrés, ansiedad…?¿ para crear
alternativas y calmar esas emociones, por ejemplo: si estás aburrido, sé consciente de
que lo estas y ponte a leer, a dibujar, sal a andar…o si estas estresado, enciende una
vela, incienso, medita un poco, colorea un mandala…
Es necesario ponérnoslo fácil, y para ello debemos tener cosas que nos motiven a la
hora de satisfacer ese hambre emocional: que el libro sea interesante, colores a mano,
es decir que esté a fácil acceso, ya que en parte recurrimos a la comida por lo fácil que es de
acceder a ella.
Practicar ejercicios de conciencia plena, nos ayudarán a estimular la
conciencia ante lo que hacemos. Te propongo algunos!:
1.- A la hora de la comida además de masticar más despacio, o por lo menos intentarlo… llevar nuestra mente a
saborear el plato, la textura del alimento, su olor, su sabor, como generamos la saliva para iniciar ese proceso digestivo
y así calmar esa conciencia demostrándole que no hay prisa. Que ahora hay tiempo.
2.- Decorar los platos bonitos, que estimulen los otros sentidos y llegue al cerebro mayor
sensación de saciedad, porque nos invite a saborearlo de manera amable.
3.-Pon en la bandeja todo lo que vayas a comer. Así evitarás picoteos.
4.- Honra el alimento. No le restes valor. Sé consciente de que para que esa fruta esté en tu mano se han tenido que dar una serie de fenómenos e intervenciones: imagina como podemos ver el campesino que atendía al manzano, la flor que se transformó en fruto, la tierra fértil, la luz del sol, la lluvia. . . sin la combinación de todos estos elementos, la “manzana” simplemente no existiría.
5.- Formulate estas preguntas: ¿Realmente la estoy disfrutando? o ¿Estoy tan preocupada/o por otros pensamientos que me pierdo lo delicioso que está este alimento? Lo más habitual es responder SI a la segunda y es porque nos hemos pasado la vida comiendo ese alimento sin llegar a ser conscientes de que lo hacíamos, cuando a priori, es bien sencillo, basta añadir c o n c i e n c i a.
Verás como al formularte estas preguntas sentirás que el alimento es más que eso, y
entrarás a ser consciente de que formamos parte de un todo, lo que te hará ver tu
cuerpo desde un punto de vista holístico que te permitirá respetarte más y controlar así
las emociones relacionadas con la comida.
Feliz Día.
[Siembra un acto cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino. (Charles Reade).]